El uso de la palabra “evangelio”
En contraste con el uso en el Antiguo Testamento y la literatura griega secular y judía (“noticias de victoria” o “recompensa por un buen informe”; → 4) εὐαγγέλιον en el NT denota las noticias que conciernen a Dios o provienen de Dios. Junto con el uso irrestricto (Apocalipsis 14: 6; presupuesto en Mateo, → 5) εὐαγγέλιον es un t.t. para el mensaje acerca de Cristo (también en el absoluto τὸ εὐαγγέλιον); esto se entiende ampliamente como “buenas noticias” -a tr. sin embargo, no se ajusta a todas las ocurrencias, ya que el contenido del εὐαγγέλιον puede ser no solo “gracia”, sino también “juicio” (Rom 2:16, Apoc 14: 6f., etc.). Posiblemente a través de la influencia de las superscripciones secundarias de los Evangelios (por ejemplo, εὐαγγέλιον κατἁ ιρκον), εὐαγγέλιον se convirtió en un término para los Evangelios (Ireneo Haer. Iv.20.6; Clemente de Alejandría Strom. I.136.1).[1]
Según lo anterior la palabra “evangelio”, significa:
- “noticias de victoria”
- “recompensa por un buen informe”
Pero en el Nuevo Testamento, denota las buenas nuevas del Reino de Dios y de la salvación a través de Cristo, que debe ser recibida por la fe, sobre la base de su muerte expiatoria, su sepultura, resurrección y ascensión (p.ej., Hch 15.7; 20.24; 1 P 4.17).
El evangelio y la vida cristiana.
Tim Keller, escribe:
“El evangelio es la noticia de lo que Dios ha hecho para cumplir la salvación a través de Jesucristo en la historia. Este no es un aviso acerca de lo que debemos hacer para alcanzar a Dios. Nosotros no ganamos esta salvación. Nosotros sólo la aceptamos.
El evangelio es: “Yo soy aceptado por Dios a través de Cristo, por lo tanto, obedezco a Dios.” Religión es: “Yo obedezco a Dios, por lo tanto yo soy aceptado por Dios.” De esta manera el evangelio es diferente de la religión de la irreligión. Con religión tu puedes guardar los mandamientos para ganar tu salvación. Y siendo irreligioso, tu puedes buscar ser tu propio “señor y salvador” rompiendo los mandamientos de Dios.” [2]
Hay muchos cristianos que viven bajo un sistema religioso en el cual tienen que cumplir ciertas reglas para que supuestamente Dios no los deje de amar. Pero, las Escrituras nos muestran que el amor de Dios no tiene como fundamento nuestro cumplimiento de reglas o dogmas, más bien, Dios nos ama en Cristo Jesús. Si estamos en Él, somos amados por el Padre.
Guardamos sus mandamientos no para ser amados, sino porque Él nos da Su gracia para hacerlo y de este modo glorificamos a Dios en la tierra. Somos luz en medio de las tinieblas no por nuestra capacidad sino por la gracia de Dios en Cristo Jesús. Comprender la obra de Jesús, es comprender el evangelio.
Michael Bird, escribe al respecto:
El evangelio es fundamentalmente una historia sobre cómo la salvación viene a través de la vida, la muerte y la resurrección de Jesús, el Mesías. El evangelio no anuncia un plan de doce pasos para la salvación. Narra la historia de la salvación que se refiere a los acontecimientos de la vida y obra de Jesús. Esa historia comienza con las obras de “Jesús el Mesías” (Marcos 1: 1) y culmina con el Mesías que “sufre estas cosas” y “entra en su gloria” (Lucas 24:26). Esta es la razón por la cual los libros que llamamos “los Evangelios” incluyen los comienzos del ministerio de Jesús, sus enseñanzas, su viaje a Jerusalén, y su arresto, crucifixión y resurrección como parte de su historia.[3]
Cuando meditemos en el evangelio, veamos la gloriosa obra de Jesucristo. Veamos al Cordero de Dios llevando el pecado de los injustos pecadores. ¡Gloriosa visión del Evangelio de Jesús!
“El evangelio exhibe al Señor Jesucristo, en …la gloria de su persona, la profundidad de su amor, la inmensidad de su mérito, y ¡Su infinita disposición para salvar a los pecadores más viles!”
(James Smith, “Rills from the Rock of Ages“, 1860)
[1]Exegetical Dictionary of the New Testament: Vol. 1-3, Edited by Horst Balz and Gerhard Schneider, William B. Eerdmans Publishing Company
[2] “¿Qué es el evangelio?“, Timothy Keller
[3] “Evangelical Theology: A Biblical and Systematic Introduction, Michael F. Bird
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Muy cierto, el evangelio no consiste en lo que nosotros hacemos o dejamos de hacer para agradar a Dios, no podemos ganar el favor de Dios por buenos o esforzados que seamos. Dios nos salva “a pesar de ser imperfectos” y en agradecimiento a ése regalo vivimos para agradarle, no es un medio para “ganar el favor de Dios”, es una respuesta de gratitud por la aceptación inmerecida de Dios hacia nosotros.