Este fin de semana, he terminado de leer el libro titulado “Predicando para la gloria de Dios”. Es un libro muy breve, pero que estimula a cualquier predicador a reconocer su llamado principal, el cual es, exponer las Escrituras con fidelidad.
El libro está escrito de una manera muy sencilla e ilustrativa, sin dejar de lado la seriedad del asunto. A continuación, quiero compartir algunas frases de este libro.
- Es imperativo que reconozcamos y recordemos, y nos ayudemos mutuamente a reconocer y recordar, que nos reunimos como iglesia no para disfrutar la elocuencia de la predicación (o para criticar su falta) sino para escuchar y prestar atención a la Palabra de Dios. Venimos a ser exhortados, no entretenidos.
- Los hombres jóvenes que comienzan el ministerio pastoral son asediados por miembros de sus congregaciones que desean que comiencen sus sermones con el hombre y sus necesidades en lugar de Dios y su gloria. La preocupación paranoica por un nuevo milenio se debe más a una preocupación por nosotros mismos y nuestras necesidades que a una humilde dependencia de la verdad infalible de la Biblia. El antídoto para una enfermedad tan virulenta es la predicación bíblica que permite que las Escrituras establezcan la agenda.
- La tarea del predicador es declarar lo que Dios ha dicho, explicar el significado y establecer las implicaciones para que nadie confunda su relevancia.
- ¿Por qué la predicación expositiva está ausente en tantas de las iglesias de hoy? Debido a la pérdida de confianza en las Escrituras, la preocupación por las batallas equivocadas y la falta de excelentes modelos a seguir, muchos predicadores se comprometen con su llamamiento y vuelven a las expectativas de la cultura.
- La predicación expositiva siempre comienza con el texto de la Escritura.
Espero estas breves frases, nos hagan reflexionar un poco. Si quieres saber más sobre lo que es la predicación expositiva. Te invito a acceder a mirar los videos del pastor Sugel Michelen, en los cuales nos introduce a este tema: