Isaías 53:5, es uno de los versículos que usualmente citamos cuando estamos enfermos o cuando visitamos a alguien en su lecho de dolor. Y en cierto modo, es un texto que consuela, no obstante ¿se refiere el autor a una sanidad física o está hablando de algo más?
Antes de continuar, quiero dejar en claro que, yo creo que Dios sana enfermos en su soberana y buena voluntad. Es decir que, Dios en su providencia puede sanar, aunque eso no significa que todos sean sanados. Dicho esto, paso a lo que nos atañe. ¿Es el texto de Isaías 53:5, una promesa de sanidad física?
Veamos el texto, en su contexto inmediato:
Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. (Isaías 53:4-6)
En la LXX, leemos el versículo 5 de la siguiente manera: “αὐτὸς δὲ ἐτραυματίσθη διὰ τὰς ἀνομίας ἡμῶν καὶ μεμαλάκισται διὰ τὰς ἁμαρτίας ἡμῶν· παιδεία εἰρήνης ἡμῶν ἐπʼ αὐτόν, τῷ μώλωπι αὐτοῦ ἡμεῖς ἰάθημεν.” y aún más interesante es ver el vv. 4: “οὗτος τὰς ἁμαρτίας ἡμῶν φέρει”, en el cual el autor utiliza la palabra “hamartia” que en nuestras versiones en español es traducida como “enfermedades”. Pero bien, habría mucho más que decir sobre esto, pero veamos un poco más sobre el contexto de el vv. 5.
Esta expresión del vv. 5, pertenece a una sección más amplia que comprende desde el cap. 52:13 hasta el cap.53:12, el cual ha sido reconocido como un cántico profético sobre el Mesías, de hecho el título de este cántico es el “cántico del Siervo”, el cual nos habla sobre los sufrimientos que padecería el Mesías. “La interpretación judía temprana de este pasaje entendía que el “siervo” (52:13) se refería al Mesías. Esta también fue la interpretación de la iglesia primitiva (cf. Hechos 8: 30–35). No fue sino hasta el siglo XII que se sugirió que el “siervo” de Isaías 53 era la nación de Israel. Pero la nación de Israel no ha sufrido inocentemente (53: 9) o voluntariamente (53: 7). El sufrimiento de Israel tampoco proporcionó una expiación sustitutiva (53: 5).” [1] A pesar de que hay estudiosos que proponen que el siervo se refiere a Israel, apropiándose de lo que vemos en el libro de Deuteronomio, la opinión mayoritaria -y evidenciada por el mismo texto – es que habla de alguien y ese alguien es Jesús el Mesías.
Algo muy interesante de este canto, es que a medida avanzamos en su lectura, las descripciones se vuelven más vivas, y no sólo eso, sino que podemos sentirnos parte del asunto, cuando el autor utiliza pronombres como (él / su / él) y los pronombres en primera persona del plural (nosotros / nuestro / nosotros). Somos parte de este relato, aunque nuestro nombre no figure en el. En ese sentido, Walker & Martens, señalan que, nosotros “somos las ovejas que nos hemos descarriado y “dejado las sendas de Dios para seguir las nuestras” (53: 6). Este lenguaje e imágenes se refieren a vagar por el desierto del pecado (cf. Sal 119: 176). El verbo se usa en otras partes de la aberración de Israel (Salmo 95:10; 2 Crónicas 33: 9; Ezequiel 44:10) y ocurre con frecuencia en Isaías (3:12; 9:16; 19:13; 47:15; 63: 17). El símil “como ovejas” describe la impotencia de las personas sin pastor. Este versículo y el siguiente comparan a las personas y al siervo con las ovejas, pero las comparaciones son muy diferentes. Las personas son como ovejas porque se extravían fácilmente y se extravían en el pecado, y la Biblia enfatiza el peligro de las ovejas sin pastor. En contraste, el siervo es el cordero que sufrió como sustituto de nuestros pecados (Lv 1: 4; Juan 1:29). Que cada individuo se volviera a su propio camino significa que todos estaban en oposición a los caminos de Dios (véase 40: 3; 55: 7-9). Sin embargo, el Señor cargó sobre el siervo sufriente “los pecados de todos nosotros” (53: 6).” [2]
De modo que, nos encontramos ante una porción profética en relación al Mesías y a la vez cristológica porque prefigura al Mesías sufriente por redimir a los pecadores.
Pero bien, la pregunta inicial aún no es respondida, ¿es Isaías 53:5 una promesa divina de sanidad física? Pongamos más en contexto la pregunta, la expresión “por su llaga fuimos nosotros curados” ¿está curación se refiere a ser sanos de dolencias o enfermedades? Tal parece que el texto no se está refiriendo a sanidad física sino a la expiación de nuestros pecados. Previamente cité la LXX, la palabra utilizada para “enfermedades”(a) en el vv.4 es “harmatia” [Gr.τὰς ἁμαρτίας ] la cual su significado es pecado, culpa, transgresión, lo que nos lleva a pensar que el autor no estaba pensando en la enfermedad física, sino en la espiritual o moral, de modo que esta curación, no es en un sentido literal sino figurado. En el TDNT, en la entrada del ver iaomai, raíz de la palabra ἰάθημεν [esp. “curados/sanados”] encontramos que esta palabra tiene un uso figurado. Leemos lo siguiente: “A la obra del Siervo de Dios pertenece también el sufrimiento vicario en expiación de los pecados de su pueblo. Aunque al principio son incrédulos, los que miran hacen la confesión paradójica: “Por sus llagas fuimos sanados” (Is. 53: 5: לָנוּ נִרְפָּא לַבַּחֲבֻרָתוֹ, τῳ164̀ μώλωπι αὐτοῦ ἡμεῖς ἰάθημεν). En este dicho embarazoso, la religión del AT se trasciende a sí misma y alcanza su clímax.
Filón usa los términos en sentido literal (especialmente ἰατρός, aunque aparentemente no ἴασις), pero más a menudo en el figurativo. La influencia griega puede verse en el hecho de que la curación es la superación de los defectos morales más que el perdón. Sin embargo, Filón sigue siendo fiel al AT y al judaísmo en la medida en que atribuye la curación del alma a Dios, al divino λόγος o al divino ἔννοια Leg. All., III, 215: ἐὰν ἔλθῃ εἰς τὴν διάνοιαν ἔννοια θεοῦ, εὐθὺς εὐλογιστεῖ τε καὶ πάσας τὰς νόσους σὐτῆς ἰᾶται. Ibíd., 124:. . . λόγος (en primera instancia humano) σὺν ἀρεταῖς ἀληθότηψι καὶ σαφηνεία (claridad) θυμὸν νόσημα χαλεπὸν ψυξῆς ἰώμενος. . . Dios es el μόνος ἰατρὸς ψυχῆς ἀρωστημάτων al que los hombres suelen recurrir cuando se han agotado todos los demás medios de ayuda (Sacr. AC, 70s.).” [3]
En ese sentido, es en el Mesías en quien hay verdadera sanidad de nuestra condición pecaminosa. Dicho de otra manera, sólo en Jesús el Mesías hay restauración del ser.
Dicho esto, veamos algunas sencillas aplicaciones:
a) Todos aquellos que han nacido de nuevo, efectivamente han sido curados o sanados del poder del pecado sobre sus vidas (2 Cor. 5:17). Una nueva vida se encuentra en ellos.
b) Podemos tener total certeza de que el sacrificio expiatorio de Jesús ha sido y es suficiente para satisfacer la remisión por nuestros pecados.
c) Que si, que podemos orar pidiendo al Señor que nos sane, ya que él puede hacerlo, pero Isaías 53:5, no es una promesa de sanidad divina.
d) Más importante que la sanidad física, es la sanidad del alma. Más importante que escuchar “eres sano”, es “eres perdonado por siempre”
[1] Hughes, R. B., & Laney, J. C. (2001). Tyndale concise Bible commentary. Rev. ed. of: New Bible companion. 1990.; Includes index. The Tyndale reference library (267). Wheaton, Ill.: Tyndale House Publishers.
[2]Walker, L. L., & Elmer A. Martens. (2005). Cornerstone biblical commentary, Vol. 8: Isaiah, Jeremiah, & Lamentations. “With the entire text of the New Living Translation.” (234). Carol Stream, IL: Tyndale House Publishers.
[3]Gerhard Kittel; Gerhard Friedrich; Geoffrey William Bromiley. Theological Dictionary of the New Testament TDNT. .Eerdmans.1964
(a) Una mejor traducción de esta palabra podría ser “aflicciones”, tal como lo señala la LBLA en sus notas.