Se vuelve más frecuente escuchar que el Antiguo Testamento no es tan importante como el Nuevo, y que no habría que preocuparse por entenderlo, y concentrar nuestra atención únicamente en el N.T. en el cual todo es más claro. Esta opinión, lo único que está produciendo es confusión e ignorancia de las Escrituras. Pero ¿por qué el Antiguo Testamento está siendo relegado al olvido por algunos sectores del cristianismo y aún más necesario de considerar, cuál es la importancia del Antiguo Testamento?
El desconocido Antiguo Testamento
Cuando hablamos del Antiguo Testamento, estamos hablando de una colección de libros que están lejos de nuestro tiempo y también de nuestra cultura. Son libros que contienen datos que sin su debida exploración, podría llevar a conclusiones erradas para la vida propia o imprecisiones teológicas que lastimarían la Iglesia. Tal como escribe John Drane, ” las historias del Antiguo Testamento se desarrollan durante siglos. Si bien los relatos comienzan propiamente con el éxodo, esto nos sitúa ya en el 1200 a. C.; y el Antiguo Testamento contiene relatos anteriores a esa fecha. Las partes más antiguas del Antiguo Testamento nos llevan a un mundo muy diferente del nuestro, en el que la civilización era casi una recién llegada.“ [1]
Acercarnos al Antiguo Testamento, requiere mucho esfuerzo por parte de quienes quieren entenderlo. Y quizás esta es la razón más evidente del por cual en la actualidad el A.T. está siendo menospreciado o en otros casos siendo utilizado como un libro de fábulas para obtener unas cuantas moralejas.
Además de esto, parece ser que el Antiguo Testamento no es tomado en serio por la creciente necesidad de lo novedoso por parte de muchos sectores del cristianismo, lo que podríamos llamar una desconexión de la historia teológica. Para muchos, no importa la historia, lo que importa es el hoy, pero seamos honestos, tal aseveración aparte de ser soberbia es ignorancia. La historia del cristianismo, necesita ser explorada, valorada y sopesada para comprender mucho de lo que hoy afirmamos.
Por último, hay algunos que no gustan de ver los juicios de Dios, las palabras “ira” o “castigo”, les parece una cosa muy ajena a Dios y por lo tanto, omiten leer o estudiar el Antiguo Testamento.
Tengamos en cuenta, que este tipo de ideas actuales referentes al Antiguo Testamento, no son nuevas, ya hace mucho tiempo han existido personas sintiendo aversión o siendo indiferentes al Antiguo Testamento. Un ejemplo de ellos es Marción, quién a finales del siglo siglo II, rechazó todo el Antiguo Testamento porque su Dios parecía demasiado cruel, iracundo e inconsistente con el Dios revelado en Jesús de Nazaret. ¡Olvidó este hombre que, el Antiguo Testamento era la Biblia de Jesús de Nazaret! Esto llevó a Marción(a) a editar su propio canon, omitió el Antiguo Testamento y todos aquellos textos en el Nuevo en los que hubiera cierta alusión veterotestamentaria, de modo que, sólo se quedó con el evangelio según Lucas y diez cartas de Pablo. Bastante extremo ¿no te parece? No obstante a eso conduce el desprecio y la ignorancia de las Escrituras.
Razones para conocer y estudiar el Antiguo Testamento
Bastaría con decir, que es literatura inspirada por el Señor (2 Tim. 3:16) pero es necesario mencionar también que, el Antiguo Testamento proporciona el trasfondo histórico por el cual podemos entender el Nuevo. Si leemos el Nuevo Testamento en desconexión del A.T. no comprenderíamos aspectos como las ofrendas, el templo, la esperanza mesiánica, el ministerio del Mesías, el plan redentor de Dios, alusiones de los escritores del N.T., etc.
Además de esto, como escribe Samuel J. Schultz: “Jesús y los apóstoles lo apelaron constantemente en sus enseñanzas. Pablo usó el Antiguo Testamento con gran eficacia mientras iba de sinagoga en sinagoga para convencer a los judíos de que Jesús era el Cristo (cf. Hechos 17: 3, 11-13; 18:5).” [2]
Nos encontramos entonces ante dos hechos: el Antiguo Testamento es inspirado por el Señor y a pesar de las diferencias forma junto con el Nuevo Testamento una unidad coherente. La gran Historia se desarrolla desde Génesis hasta Apocalipsis. Los hechos antes mencionados deberían ser motivos suficientes para acercarnos con devoción y ánimo pronto para comprender mejor las Escrituras. Escriben Arnold & Beyer: “La Biblia no es simplemente un libro antiguo con un mensaje para un pueblo antiguo. Es la Palabra de Dios. Le habló a Israel y nos habla a nosotros hoy. Nuestra tarea como cristianos es estudiarla, aplicarla a nuestras vidas y compartir con un mundo que necesita escucharlas.” [3]
[1] Drane, J. (2004). Introducción al Antiguo Testamento. Editorial CLIE.
[2] Samuel J. Schultz (2013). Exploring the Old Testament. Crossway Books
[3]Arnold, B. T., & Beyer, B. E. (2008). Encountering the Old Testament: A Christian Survey (3 ed.). Baker Academic.
(a) No abordaré en este post las implicaciones teológicas de la propuesta de Marción, será en otro post que lo haga
Exelente