Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. (Marcos 1:1)
Cuando leemos los tres primeros versículos del evangelio según Marcos, muy posiblemente llegaremos a esta idea: “Las promesas hechas en el Antiguo Pacto, finalmente están llegando a su cumplimiento.” Es más, Marcos sugiere que este es el principio, el comienzo de algo creativo por parte de Dios. A diferencia de Lucas, Mateo y Juan, Marcos proporciona muy poca información sobre quién es Jesús, sus antecedentes o trasfondo personal. Pero antes de llegar a las profecías cumplidas, veamos sobre quien Marcos está escribiendo.
La palabra “principio”, nos introduce a una narración de un evento glorioso, o más bien de un personaje. Tal como escribe Stein:
El término “principio” (ἀρχή, archē) puede referirse al comienzo temporal de la aparición del Evangelio, al comienzo de una descripción de su contenido, o a ambos. La comprensión temporal del término se apoya en el hecho de otros casos en Marcos (10: 6; 13: 8, 19), tiene un significado claramente temporal (véase también su calidad temporal en Lucas 1: 2; 1 Juan 1: 1; Fil. 4:15).[1]
Este el comienzo de algo glorioso y escatológico, es el principio del evangelio. Pero ¿qué es evangelio? Una palabra que en el siglo XXI evoca ideas religiosas, algunas buenas y otras no tan buenas. Para algunos, escuchar la palabra evangelio, trae alegría, para otros significa una locura. Pero para Marcos, la palabra evangelio, era una noticia, de hecho, una buena noticia.
Hubo un tiempo en que la palabra euangelion (evangelio) servía para indicar la recompensa que se le otorgaba a quien traía buenas nuevas. Pero gradualmente comenzó a usarse para apuntar a las buenas nuevas mismas. Este es obviamente su significado[2]
Así que, el evangelio es la buena noticia, de que Jesús es el Mesías, quién llevó nuestros pecados en la cruz. Añade Stein:
En Marcos, este término está asociado con la vida y el ministerio de Jesús, y la mayoría de sus ocurrencias, si no todas, parecen ser inserciones editoriales del evangelista en la tradición (1: 1, 14–15; 8:35; 10: 29; 13:10; 14: 9).
Así que Marcos, no tiene otro propósito más que mostrarnos a Jesús el Mesías, el hijo de Dios. De hecho, el autor se refiere a Jesús como “Jesucristo”, es decir Jesús el Cristo.
“Cristo” fue la traducción griega de “mesías”, una palabra hebrea que significa “ungido”. Como los reyes de Israel fueron designados por unción, el rey que muchos judíos esperaban que Dios enviara en el futuro se llamaba el mesías. Al identificar a Jesús como Cristo, Marcos indica que él es el que cumplió con las expectativas judías de siglos de un mesías venidero[3]
Añadido al título “Cristo”, Marcos atribuye a Jesús el título “Hijo de Dios”. ¡Cuánta cristología encontramos en el primer versículo del evangelio según Marcos!
El título Hijo de Dios, es muy importante, ya que el autor está diciendo a sus lectores que Cristo es verdaderamente Dios. En realidad, es el título favorito de Marcos para identificar a Jesús (1:11, 24; 3:11 [ver 1:34]; 5: 7; 9: 7; 12: 6; 13:32; 14: 61–62; 15:39).
Este es el primer versículo de Marcos, en el cual vemos lo glorioso que es nuestro Señor Jesucristo y de las buenas nuevas que él trae para pecadores que están viviendo oprimidos. Jesús es el Mesías, que trae libertad a los cautivos. Es el Rey que viene a derrotar a los enemigos. Es Jesús, Dios con nosotros.
El próximo artículo del estudio del evangelio según Marcos, estará disponible el día 15 de Enero de 2019.
Bibliografía:
[1] Stein, R. H. (2008). Baker Exegetical Commentary on the New Testament : Mark (40). Grand Rapids, MI: Baker Academic.
[2] Hendriksen, W. (1998). Comentario al Nuevo Testamento: El Evangelio según San Marcos (33). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.
[3] Black, A. (1995). Mark. The College Press NIV commentary (Mr 1.1). Joplin, Mo.: College Press Pub. Co.