Desde hace décadas, se han dado a conocer personas dentro del cristianismo evangélico, quienes afirman haber tenido una experiencia sobrenatural de viajar al cielo o al infierno. Sus viajes poseen algunas características comunes: son guiados por un ángel, en el cielo o en el infierno logran reconocer a personajes muy distintivos, particularmente es en el infierno en donde logran reconocer a muchos personajes reconocidos desde Hitler hasta Juan Pablo II, y finalmente, estos viajes tienen como fin advertir a sus oyentes de lo que ocurrirá si rechazan el evangelio.
Muchos de estos “testimonios” han sido considerados como verídicos, a tal punto que se han publicado libros describiendo dichas experiencias. Entre los más populares se encuentran: “Una revelación divina del cielo y el infierno” por Mary Baxter; “El cielo es real” por Lynn Vincent.
Lamentablemente en el caso del libro “El cielo es real” se dió a conocer que dicho testimonio fue una invención. La pregunta es ¿por qué la gente cree en este tipo de cosas? La mayoría que creen este tipo de cosas es porque afirman que Dios sigue hablando, sin embargo, pasan por alto que mucho de lo que estos testimonios afirman no está en consonancia con las Escrituras. Por otro lado, hay algunos que fundamentan sus experiencias en lo que Pablo escribe en 2 Corintios 12:2-4, no obstante, dicho pasaje no viene a ser un fundamento de sus experiencia si una refutación, como veremos a continuación.
Pablo y el tercer cielo.
En la segunda carta a los Corintios, escribe el apóstol Pablo: Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar (2 Corintios 12:2-4).
Aquí nos encontramos ante un pasaje que siempre ha llamado mi atención y que vale la pena considerar de qué está hablando el apóstol. Consideraremos el testimonio de Pablo, bajo los siguientes asuntos: a)el relato en relación a la 2 Carta de Corintios; b) ¿avala este pasaje, que hayan visiones de viajar al cielo/infierno?
a) 2 Cor 12:2-4 y su contexto.
La segunda carta a los Corintios, nos muestra como el apóstol Pablo habla de su ministerio como apóstol desde experiencias difíciles hasta la fortaleza del Señor en medio del dolor. Esta porción en la cual Pablo, habla sobre esta visión pertenece a una larga sección que podríamos considerar una apología ministerial, que se extiende desde el capítulo 10 hasta el capítulo 12. De modo que, Pablo está haciendo referencia a este hecho con un fin apologético.
Los que menospreciaban y acusaban a Pablo de ser un falso apóstol, argumentaban de que Pablo no tenía experiencias místicas suficientes sino que era un orador inexperto. De modo que Pablo se ve obligado a hacer mención de esta experiencia. Tal como escribe William Baker, el apóstol Pablo “relató una experiencia datable en la que fue transportado en éxtasis a la presencia de Dios. Allí “escuchó” palabras indescriptibles en el sentido de que ningún lenguaje humano puede transmitir adecuadamente la experiencia de la presencia divina. Tal euforia de experiencia espiritual puede muy bien haber resultado un punto de debate invaluable e incontestable, dando evidencia de que su apostolado tenía una credencial que ninguno de sus rivales podía desafiar. Pero, curiosamente, Pablo continúa de inmediato renunciando a cualquier confianza que pudiera haber depositado en este tipo de autorización (12: 5-6). Nunca hizo de la experiencia mística una base para reclamar autoridad apostólica. Para sus oponentes, tales experiencias habrían sido logros notables, dando a su estatus y enseñanza una autoridad adicional e impresionantes felicitaciones.” [1]
Es como si Pablo dijera: “ah si que piensan que yo no he experimentado nada, pues bien, les contaré lo que ha pasado”.
Resulta interesante también considerar la cosmología del contexto de Pablo. “Según la cosmología antigua, hay siete niveles: el cielo, las nubes, el cielo sobre las nubes, el firmamento, las aguas sobre el firmamento, los cielos y el cielo de los cielos, donde habita Dios.
La vista de los tres cielos entiende que el primer cielo es el cielo visible o el “firmamento” (Génesis 1:8), el segundo cielo como los “cielos” o la división entre los “cielos” (las “aguas sobre el firmamento ”; Sal 148: 4), y el tercero para ser los“ cielos de los cielos ”o“ los cielos más altos ”(1 Reyes 8:27; Sal 148: 4). Todos los puntos de vista coinciden en los lugares, pero los etiquetan de manera diferente.
Pablo probablemente se basa en un trasfondo de literatura pseudoepigráfica judía escrita unos cientos de años antes que él. Muchos de estos escritos postexílicos describen a personas que tienen visiones o hacen viajes al cielo. Por lo general, describen el cielo como si tuviera varios niveles o cielos diferentes. Muchos de estos escritos describen hasta siete niveles diferentes del cielo (2 Enoc 21: 2). Si Pablo se basa en estas fuentes, podría estar indicando que el “paraíso” es más alto que el “tercer cielo”. Otros escritos retratan solo tres niveles del cielo. El Apocalipsis de Moisés, por ejemplo, une a los dos, ya que retrata al arcángel Miguel llevando el cuerpo de Adán al “paraíso” o al “tercer cielo” donde esperará su futura resurrección (Apocalipsis de Moisés 37:5). Basado en estos textos, es posible que Pablo esté usando el “tercer cielo” y el “paraíso” indistintamente.” [2]
Aunque ciertamente no hay un indicio claro a qué libro podría estar haciendo alusión el apóstol Pablo, lo cierto es que esta experiencia fue significativa para su vida, pero a pesar de ello no es algo que utiliza para ejercer control o sentirse superior a sus hermanos en la fe. Ha decir verdad, esto me hace pensar en la humildad que Pablo estaba formando en su vida por la gracia del Señor.
b) ¿Es 2 Cor. 12:2-4, un fundamento bíblico para todas las historias que se escuchan de personas que tienen visiones/sueños del cielo y el infierno?
Ciertamente no, las razones que quiero ofrecer son las siguientes:
i) Lo que nos compete saber en relación al cielo y el infierno(a), ya lo tenemos claramente en las Escrituras, posiblemente algunos aspectos son un tanto oscuros, pero debemos tener en cuenta que la Biblia no está tratando de explicar o describir estos asuntos espirituales, sino más bien de mostrarnos al Hijo de Dios, quien salva completamente a todos aquellos que en Él creen de la ira venidera que se aproxima y del infierno eterno.
ii) La gran mayoría de estas historias recurren a exageraciones, incongruencias bíblicas y sinsentidos.
iii) El relato de Pablo, nos deja ver mayormente que deberíamos ponernos en alerta contra todas las formas de misticismo y experiencias excepcionales que son la base de alguna afirmación en cualquier asunto de la doctrina o práctica cristiana. Personalmente no niego que Dios en su soberanía, pueda visitarnos a nosotros o a otros creyentes de maneras especiales; pero toda experiencia subjetiva debe ser probada por las Escrituras. No sólo se trata de decir amén.
iv) Interesantemente, Pablo no dice nada de lo que vió, a diferencia de los “viajes” actuales en los que te dan detalles muy precisos e hilarantes, muy similares a lo que Dante Alighieri, escribe en su obra “La Divina Comedia”.
Conclusión:
No sabemos lo que Pablo escuchó o vio al lugar que fue tomado, ciertamente Él no nos dice nada al respecto. Esta experiencia para el apóstol Pablo, aunque muy impresionante no resulta ser una experiencia de la cual alardear o gloriarse, al contrario, él se gloría en su debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. (2 Corintios 12:9b)
[1]William Baker (2013). Cornerstone Biblical Commentary. Tyndale House
[2] Barry, J. D. (2017). NIV, Faithlife Study Bible. Zondervan
(a) Hay posturas en relación al tema del cielo y el infierno que no pretenden ser abordados aquí.